¿Alzas? Un tema muy común en el calzado femenino, y no por casualidad. Las sandalias, al añadir barras de amarre, se convierten en unisex e incomparablemente prácticas. En Argentina, donde el clima puede ser tan soleado como templado, los zapatos con alzas han ganado un lugar privilegiado no solo en las playas, sino también en la oficina, en las salidas a la tarde o incluso como complemento de otras prendas, como shorts o faldas.
Pero, sin duda, la principal ventaja de estas sandalias es la comodidad. La alza, esa barra de plástico o textil ajustable por medio de un gancho o hebilla, se cruza por detrás del tobillo o parte de él, evitando la caída de los pies y manteniendo el zapato anclado. Este detalle es esencial para caminar sobre los tableros de madera que tanto se usan o incluso en la ciudad en general, reforzando un calce estable. Para quienes ya prueban los modelos de plataforma con alza siguiendo la recomendación de “Cómo elegir zapatos con alza”, el impacto es inmediato en la comodidad así como en las funciones biomecánicas.
Un básico que nunca pasa de moda

La historia de las sandalias con alzas es sencilla. Nacieron de la necesidad de calzado ligero y si cabe con más fijación. Aunque quizás las versiones originales tuvieran un diseño más tradicional, el diseño de alza alta y amplia sigue siendo el rey. Aporta estabilidad y ayuda a quienes necesitan más sujeción o solo prefieren un calce más seguro con el que poder seguir caminando sin prisas.
A nivel de tendencias, la sandalia con alza está presente en Versace y en las propuestas más sencillas de la tienda de Mar del Plata o Tandil. No importa si las alzas son de color contrastante o la propia sandalia tiene la alza en el mismo tono de la base para combinar. Es un básico que conecta con la reeducación funcional mucho más fácil de asimilar.
Comodidad vs. estética
Ahora, pasemos a lo que muchos querrán saber: ¿cómo mantener su elección práctica pero atractiva? Bueno, lo esencial es optar por calidades reales. Si el plástico aparece demasiado barato o demasiado fino, puede rascarse con facilidad o provocar irritaciones en contacto con la piel. Buscar materiales más resistentes o incluso de caucho, como las propuestas de Iberna para andar en bicicleta, puede ser la clave para ir siempre cómoda sin perder color.
La elegancia también está presente además de en lo funcional. Modelos muy discretos existen, y colores neutros o brillantes para combinar son factibles sin complicar la elección para los días dobles. Si prefieres el estilo de la botella estilo MCM en verano, las versiones con alzas se adaptan igualmente bien. El secreto reside en la aplicación práctica pero sin sacrificar el aspecto de bota o ankle boot.
¿Para todas las temporadas?
La pregunta común es: ¿son útiles solo en verano? ¡No necesariamente! En invierno, la sandalia con alza tiene un aliado natural: las botas. Así son las combinaciones que se han hecho comunes. La sandalia de tacón está usualmente en bikini, pero ahora hay quien prefiere terminaciones sobre piedras o ladrillos.
En combinación con botines cortos en lona o similares, la alza realza la silueta y garantiza adherencia. Eso, sin hablar del valor añadido que aporta en media pata o sandalia el tipo de calce adecuado para quienes buscan una estabilidad media. No precisamente con muñeca, pero sí evitando caídas o incomodidades en el calce femenino.
Conclusiones sobre los zapatos con alzas
La sandalia con alza es una propuesta completa. Ofrece comodidad, versatilidad, calce seguro y funcionalidad. Su comodidad práctica la hace indispensable para desplazamientos largos, entrenamiento ligero o jornadas informales. No se caen, los pies se mantienen en el lugar correcto y el ajuste no se mueve constantemente.
En Argentina, en especial, donde las temperaturas fluctúan, los zapatos con alzas resultan ser ortopédicos en su esencia sin querer. El próximo paso, justamente, combinar estilos complicados con esta seguridad y elegancia. Más allá de la practicidad, siempre hay moda y lo más importante: que calce bien y guste.


